Escultura dedicada a Bécquer, en Sevilla
Los poetas románticos componen sus poemas en medio de un arrebato de sentimientos, plasmando en versos todo cuanto sienten o piensan. Según parte de la crítica literaria, en sus composiciones hay un lirismo de gran fuerza, sin embargo conviviendo con versos vulgares y prosaicos.
Varios son los temas de la lírica romántica:
El Yo, la propia intimidad. Fue Espronceda, dejando en su Canto a Teresa una desgarradora confesión de amor y desengaño, quien con más acierto ha logrado poetizar sus sentimientos.
El amor pasional, con entregas súbitas, totales, y rápidos abandonos. La exaltación y el hastío.
Se inspiran en temas históricos y legendarios.
La religión, aunque frecuentemente sea a través de la rebeldía con la consiguiente compasión y aun exaltación del diablo.
Las reivindicaciones sociales (revalorización de los tipos marginales, como el mendigo).
La naturaleza, que es mostrada en todas sus modalidades y variaciones. Suelen ambientar sus composiciones en lugares misteriosos, como cementerios, tormentas, el mar embravecido, etc.
La sátira, frecuentemente ligada a sucesos políticos o literarios.
También es de señalar que el nuevo espíritu afectó a la versificación. Frente a la monótona repetición neoclásica de letrillas y canciones, se proclamó el derecho de utilizar todas las variaciones métricas existentes, de aclimatar las de otras lenguas y de innovar cuando fuera preciso. El romanticismo se adelanta aquí, como en otros aspectos, a las audacias modernistas de fin de siglo.